Para los fanáticos de la astronomía, los eclipses, ya sean de sol o de luna, constituyen un verdadero espectáculo. Sin embargo, este fenómeno también resulta de interés para los científicos.

Uno de los ejemplos más notables es la confirmación de la Teoría de la Relatividad General de Einstein durante el eclipse de 1919, cuando se comprobó la curvatura de la luz por la masa del Sol, explica el blog Astroingeo.

Los eclipses solares totales ofrecen la oportunidad de estudiar la atmósfera de la Tierra en condiciones poco usuales. “En contraste con el cambio en la luz que ocurre todos los días al atardecer y al amanecer, un eclipse cambia la iluminación de la Tierra en una región comparativamente pequeña de la sombra de la Luna. Este bloqueo es útil para estudiar los efectos del Sol en nue

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