La reciente y pública ruptura entre la congresista republicana Marjorie Taylor Greene (MTG), una de las figuras más estridentes del movimiento Make America Great Again (MAGA), y el presidente Donald Trump marca una fractura significativa en el panorama político de la ultraderecha estadounidense, algo impensado hace un año.
La “rebelión” de Greene no se trató de una disputa personal, sino que dejó expuesto el síntoma de tensiones ideológicas en la base del republicano, a raíz del escandaloso caso del financista pedófilo Jeffrey Epstein.
La diputada, conocida por su incondicional lealtad a Trump y por su promoción de teorías conspirativas, fue durante años el arquetipo de la política MAGA en el Congreso. Su viraje, y las posteriores críticas al gobierno de Trump, llevó al mandatario a acus

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