La vida de María Vázquez y Adolfo Cambiaso siempre despertó interés público, tanto por sus carreras como por el modo en que combinan elegancia, discreción y un estilo de vida ligado al campo.
Esa identidad se refleja plenamente en su residencia en Cañuelas: una mansión de tres pisos diseñada como refugio familiar, donde conviven el lujo contemporáneo, la estética rural y una fuerte conexión con la naturaleza.
A lo largo de más de veinte años de vida juntos, la modelo y el polista construyeron un hogar que sintetiza comodidad y sofisticación. Los ambientes privilegian materiales nobles y una paleta neutra donde predominan blancos, marrones y beige.
El resultado es un espacio que conjuga minimalismo con guiños rústicos, sin perder nunca el carácter señorial que identifica a la pareja.
El

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