Durante más de un año, C. V. Marín González de 36 años fue objeto de señalamientos en las redes sociales. Mientras algunos la atacaban duramente, otros la defendían.

En medio de esa diatriba, aguas abajo las denuncias llovían. Más de 15 presuntas víctimas acudieron al Ministerio Publico, a manifestar haber sido estafados.

Con un modus operandi sencillo, aprovechando la fiebre de los San, los organizaba de alto rango, ofertando electrodomésticos, motos y carros, atrayendo incautos.

En ese juego de dinero, con uno tapaba otro e iba acumulando deudas. Se supone que, en el camino, pudo quedar a deber 10.000 americanos.

Aun así, no huyó del país. Rondaba el centro de la capital deltana, sin horario fijo, evadiendo a acreedores y oficiales de policía.

Correspondió a la Dirección del Servici

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