En la década del 30, Argentina decidió abandonar el comercio exterior , y para la década del 40 ya jugaba un pleno a su mercado interno. No importó que el auge de Argentina fue gracias al comercio exterior. No importó que el mundo volvía al comercio tras finalizar la Segunda Guerra Mundial. No importó limitar el crecimiento a un pequeño mercado interno que nunca fue ni el 1% de la población mundial.

Tras la estatización del comercio con el IAPI, o las Junta Nacional de Granos y Juntas Nacional de Carne , le siguieron épocas con retenciones a las exportaciones, el desdoblamiento cambiario, los cupos a las ventas al exterior y una agenda nula en negociaciones internacionales. Una guerra al que exporta.

Eran los tiempos del “vivir con lo nuestro”, frase que sólo busca cerrar las import

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