L a cumbre climática de la ONU (COP30) tuvo este sábado un cierre anticlimático, al aprobar un documento final que no menciona los combustibles fósiles y enfría las aspiraciones más ambiciosas de decenas de países y ONG.

Con un golpe de mazo que resonó un día después de la clausura prevista, los negociadores sellaron en Belém un resultado que muchos, incluidos los gobiernos de España y Colombia, consideraron tibio.

“Sé que algunos de ustedes tenían mayores ambiciones”, dijo, como pidiendo perdón, el presidente de la COP30, el brasileño André Corrêa do Lago, durante el plenario.

Diez años después de la firma del Acuerdo de París y uno después de que la temperatura de la Tierra superara los 1.5 grados centígrados con respecto a la era preindustrial, el texto fue aprobado con un sonoro s

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