Rosalía ha acaparado tanto el foco que algunos músicos que han sacado una canción en los últimos días lamentan que no les ha hecho caso ni el vecino de casa. Es el efecto Rosalía que combina un enorme talento y la descomunal popularidad de la cantante catalana. Este último adjetivo, catalana, añade dinamita al cóctel. Todas las profesiones son un poco envidiosas y alegrarse de los éxitos de los demás no es muy habitual. Pero en el caso de Rosalía se añade la catalanofobia . La del Baix Llobregat ha tenido que soportar críticas madrileñas de apropiación cultural como si una catalana no pudiera cantar flamenco hasta el extremo de que le criticaran no ser gitana cuando cantó en los Goya una canción de los Chunguitos . Le vomitaron que era una " Paya catalana antigitana de moda".

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