La leyenda de Baudilio Díaz aún permanece en la memoria de los fanáticos de los Leones del Caracas.

Durante 15 temporadas, el pelotero se mantuvo como uno de los grandes referentes del equipo, inmortalizando el dorsal número 25 de su camiseta.

Como receptor, era una muralla que atrapaba strikes y outs en la goma. Como bateador, una máquina con un récord de jonrones que tardó décadas en ser superado.

Su carrera, así como su vida, terminaron abruptamente el 23 de noviembre de 1990, tras sufrir un accidente mortal en su casa.

Su muerte marcó una de las mayores tragedias que el deporte venezolano había sufrido desde la muerte de Néstor “Látigo” Chávez, en 1969, o la de Gonzalo Márquez, en 1984.

Durante toda su carrera, siempre leal a su equipo, acumuló un promedio de .283, con 491 hits, 2

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