La cumbre más descafeinada en la historia del G-20 ha finalizado hoy con la incertidumbre de los términos en los que se desarrollará la siguiente, cuya organización corresponde a Estados Unidos, que este año ha boicoteado la cita en Johannesburgo por sentir alergia a términos como el multilateralismo o la lucha contra el cambio climático. De hecho, la declaración de mínimos que logró sacar adelante este pasado fin de semana la presidencia de Sudáfrica —con alusiones a la importancia de la cooperación, el saneamiento de la deuda de los países pobres o la apuesta por las energías renovables— fue tachada por la Casa Blanca como “vergonzosa”. Así, se dio ayer el pistoletazo de salida a un año incierto que culminará con una cumbre en la que EE.UU., como organizador, marcará los temas, los invit

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