Hubiera sido toda una sorpresa que un partido entre Simeone y Bordalás hubiera dejado un sabor de boca agradable para los aficionados al fútbol. Fue un partido de entrenadores el del Coliseum . El Atlético se lo terminó llevando gracias a la calidad individual con la que cuenta el técnico argentino para salir desde el banquillo. Así fue como se desniveló un encuentro que no valió la pena pagar para ver.
Un cabezazo de Nico González en el primer tiempo y un tiro de Raspadori , que mandó a córner Soria en el segundo, fue todo el balance ofensivo de un equipo al que se le debe exigir mucho más. Cierto es que el Getafe no hace fáciles los partidos y mucho menos vistosos. A pocos sorprendió que el gol que dio la victoria a los rojiblancos fuera en propia puerta.
A pesar del tostón,

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