El estado Trujillo atraviesa una emergencia silenciosa que se agrava año tras año: el aumento sostenido de los suicidios, la ausencia de datos oficiales actualizados y una red de apoyo emocional insuficiente para atender la demanda.

Así lo evidencia una investigación reciente de Cotejo.info, que expone cómo “la opacidad estatal y las limitaciones en la atención psicológica” están dejando a miles de personas en situación de riesgo sin acompañamiento adecuado.

Según cifras del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), Trujillo cerró 2024 con una tasa de 8,7 suicidios por cada 100.000 habitantes, una de las más altas de Venezuela y por encima del promedio nacional estimado en 6,9.

El incremento ha sido particularmente marcado en los últimos tres años: el estado pasó de 4,0 casos por 100.

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