Un deporte que ha pasado de padres a hijos, el objetivo de ser el mejor jugador de golf del mundo y una enfermedad que intentó poner en pausa su niñez. El grancanario de 16 años Javier de Bethencourt Duque apunta maneras para ser el relevo de Rafa Cabrera. Su abuelo y su padre fueron los artífices de este amor, unos pasos que siguieron sus dos hermanos Francisco Luis y Juan Luis, que hace unos años pusieron rumbo a Estados Unidos para compaginar estudios y el golf al mismo tiempo. Javier hará lo mismo cuando finalice el bachillerato para alternar su grado en ingeniería con la carrera de llegar a ser el mejor golfista.

Sus inicios en el golf comenzaron cuando tenía tres años. Estaba aprendiendo a caminar y a hablar y ya sabía coger un palo. Lo hacía teniendo como fiel reflejo a

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