Una supuesta campaña solidaria se transformó en la fachada perfecta para uno de los engranajes de extorsión más activos del norte de Lima . Erick Moreno Hernández, alias “El Monstruo”, y su entorno tejieron una red criminal que camuflaba el cobro de cuotas bajo la venta compulsiva de tarjetas de pollada , según revelaron las investigaciones lideradas por la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad de la Policía Nacional del Perú (DIVIAC) . Cada detalle de la operación deja ver una estructura sofisticada, en la que la violencia, la amenaza y el miedo sirvieron para mantener bajo control a decenas de empresas de transporte urbano y mototaxistas.

El encargo era claro y la amenaza inminente. Empresarios y conductores de diversas rutas recibían llamadas anónimas

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