En las elecciones presidenciales de los EEUU de Norte América, el pasado 3 de noviembre, el deseo colectivo de los nacidos en esta parte del planeta, era la derrota del supremacista Donald Trump, este magnate poseedor de una gran fortuna adquirida en parte de la explotación de la belleza femenina y el denigrante programa televisivo “ ” donde públicamente humillaba a sus coterráneos, sobre todo a los aprendices y jóvenes con la desagradable frase “ ”.

Con su fortaleza económica, mal empleada y el apoyo de las redes sociales transformándolo en un fenómeno mediático, fue “ ” para “ ” la presidencia de los EEUU, con el apoyo de las grandes corporaciones del capitalismo mundial.

Estas mismas corporaciones, con el concurso de las redes sociales, le tienden un mega fraude a través del voto por

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