25 años después

London eye

Por Susannah Goshko*

La vida diplomática es peculiar: somos nómadas modernos que vamos de un país a otro, intentando comprender a su gente y su cultura, y trabajando para tender puentes entre nuestros anfitriones y nuestro país de origen.

Pareciera que algunos corren con suerte y los asignan a lugares que siempre parecieran codiciados, como París, Singapur y Barbados; mientras que otros llegan a lugares donde muy pronto enfrentan retos significativos como desastres naturales, conflictos bélicos o disputas diplomáticas entre países.

En el servicio diplomático británico puedes opinar, pero no elegir, a dónde serás asignado. Y aun así, hace más de dos décadas, cuando me inscribí, lo hice pensando que haría mi carrera en Europa. Aunque había estudiado historia d

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