Bajo esta nueva normativa, ciertas profesiones, como enfermería y arquitectura, quedarán excluidas de los beneficios de los préstamos. Esto ha generado preocupación entre los futuros estudiantes que aspiran a estas carreras.

La ley busca reestructurar el sistema de financiamiento educativo, pero también plantea interrogantes sobre el futuro de aquellos que desean ingresar a profesiones que ahora no recibirán apoyo financiero. La administración de Trump defiende que estos cambios son necesarios para asegurar un uso más eficiente de los recursos destinados a la educación. Sin embargo, la medida ha sido criticada por limitar las oportunidades de muchos estudiantes.

Los efectos de esta ley se sentirán en el próximo ciclo académico, y se espera que provoque un debate intenso sobre la equidad en el acceso a la educación superior. Las instituciones educativas y los estudiantes están en alerta ante estas modificaciones que podrían cambiar el panorama del financiamiento educativo en el país.