Las declaratorias de emergencia suelen anunciarse como herramientas decisivas para enfrentar situaciones críticas, pero su efectividad continúa siendo cuestionada cuando no van acompañadas de presupuesto, responsables claros y metas verificables. Así lo advirtió Yuri Armas, director de la Asociación para el Desarrollo Agropecuario Sostenible (ADAS), quien explicó que los recientes cambios normativos podrían marcar un punto de inflexión, siempre y cuando se evite repetir los vacíos de gestiones anteriores.

Armas resaltó que, por primera vez, la normativa incorpora la creación de Comités de Inteligencia y Comités de Comunicaciones, elementos que podrían fortalecer la capacidad operativa en zonas de riesgo. Sin embargo, recordó que el principal problema persiste: la falta de financiamiento.

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