En medio de una creciente ola de criminalidad que se extiende tanto por las calles como por los entornos digitales, las modalidades de suplantación de identidad y extorsión mediante líneas móviles han adquirido una dimensión alarmante. El acceso a datos personales, la clonación de cuentas y el uso de números reciclados para actividades ilícitas exponen a cualquier ciudadano a verse involucrado en investigaciones o alertas policiales sin haber cometido delito alguno.

Las estadísticas respaldan esta preocupación. El Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones ( Osiptel ) detectó que más de 200.000 personas tienen más de diez líneas móviles r egistradas a su nombre, un número atípicamente alto que la entidad busca regularizar mediante un proceso de validación

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