En las peores turbulencias políticas, como la que atraviesa hoy Colombia, suelen alivianar el ambiente esos poderosos elementos que definen el alma nacional sin distingos partidistas. Puede ser un aire musical o una prenda de vestir, como la ruana de Petro que dio tanto de qué hablar este año.

En vez de sus escándalos y peleas con sus detractores, el presidente fue noticia al aparecer con uno de estos ancestrales abrigos de cuatro puntas, pero no en su versión acostumbrada, sino bordada con mariposas de colores, en especial amarillas, que remiten necesariamente al mundo de Gabriel García Márquez, que él tanto admira.

El guiño presidencial llamó la atención sobre la evolución que vive este elemento tan propio de “la tierrita”, bajo la influencia de conceptos de palpitante actualidad como

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