Las inundaciones que se extendieron por diversas zonas rurales del país están revelando uno de los eslabones más frágiles de la logística argentina: la red vial que sostiene el movimiento diario de cargas y servicios esenciales.

Cada vez que las precipitaciones se intensifican, los caminos —mayoría de tierra o con mantenimiento limitado— quedan anegados, se transforman en barro profundo o directamente se cortan, paralizando la circulación de camiones, maquinaria y vehículos livianos.

El problema trasciende al sector agropecuario. El abastecimiento de pueblos enteros, el transporte hacia industrias y la llegada de insumos básicos dependen de estos accesos , que hoy se encuentran gravemente afectados por el exceso de agua . Cuando un camino se vuelve intransitable, la logísti

See Full Page