Los mapaches urbanos están sorprendiendo a los científicos con un posible proceso de domesticación. Un estudio reciente sugiere que estos astutos animales podrían estar desarrollando hocicos más cortos, un rasgo físico característico de las mascotas. Raffaela Lesch, profesora adjunta de la Universidad de Arkansas en Little Rock, se inspiró en un encuentro casual con un mapache mientras paseaba por el campus. Al tirar una lata a un contenedor de basura, se dio cuenta de que un mapache asomaba su cabeza, lo que la llevó a reflexionar sobre la creciente presencia de estos animales en entornos urbanos. Lesch se preguntó si los mapaches urbanos podrían estar en las primeras etapas de un proceso similar al que llevó a la domesticación de los perros hace miles de años. "Ese fue el primer momento en el que empecé a preguntarme si podría haber una diferencia entre las poblaciones rurales y urbanas de mapaches", comentó. La investigación se centra en la relación entre los mapaches y la basura, que Lesch considera un motor de este fenómeno. "Dondequiera que vayan los humanos, hay basura. A los animales les encanta nuestra basura", afirmó. Para comprobar su hipótesis, Lesch y su equipo analizaron si los mapaches urbanos estaban desarrollando hocicos más cortos, un indicador de domesticación. El estudio revisó más de 19.000 fotos de mapaches en iNaturalist, encontrando 249 imágenes adecuadas para el análisis. Los investigadores midieron la longitud del hocico y la cabeza de los mapaches, y descubrieron que los hocicos de los mapaches urbanos eran un 3,6 % más cortos que los de sus contrapartes rurales. "No parece mucho, pero si pensamos que estos animales podrían estar en las primeras etapas de domesticación, sigue siendo una señal bastante clara", explicó Lesch. Sin embargo, la zooarqueóloga Kathryn Grossman, que no participó en la investigación, advirtió que este rasgo podría no ser necesariamente un signo de domesticación. "No sé si se trata de domesticación o si es un fenotipo similar a la domesticación", afirmó. Los mapaches, a diferencia de otros animales domesticados, no tienen una estructura social definida. Lesch espera validar sus hallazgos analizando cráneos de mapaches de varias décadas y comparando comportamientos entre poblaciones rurales y urbanas. Aunque no se puede predecir el futuro de estos animales, Lesch considera que es emocionante explorar esta historia en sus primeras etapas. "Si los mapaches realmente están en camino hacia la domesticación, en miles de años podrían empezar a desarrollar orejas caídas, manchas blancas y colas rizadas", concluyó Lesch. Este estudio abre un nuevo capítulo en la comprensión de la relación entre humanos y animales, y plantea preguntas sobre el futuro de los mapaches en entornos urbanos.