El periódico El Tiempo tiene una simpática sección donde recuerda noticias de hace cincuenta años. El pasado viernes destacó cómo el entonces subsecretario general de las Naciones Unidas, Enrique Peñalosa, alertaba sobre los peligros del aumento de la población que se duplicaría en los próximos treinta años, es decir que en el dos mil diez seríamos un poco más de ocho mil millones de habitantes. Como suele suceder con todos los que predicen catástrofes no acertó, y no tanto por los números pues cuando llegó la fecha nefasta solo éramos siete mil millones, sino por la tendencia. Desde su ominoso anuncio la tasa de crecimiento de la población no ha parado de bajar hasta el punto que muchos países no alcanzan la tasa de reposición. Para consuelo del hoy candidato presidencial no es el ún

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