Cuando el presidente Gustavo Petro presentó en abril una terna de uno para que el Senado escogiera al reemplazo de Cristina Pardo en la Corte Constitucional, le ofreció a un amigo personal una compensación por varios años de lealtad y servicio.

La jugada salió bien en mayo. El Congreso votó masivamente por el abogado Héctor Carvajal Londoño, un jurista loado por políticos de toda clase, desde el propio Petro hasta Alexander Vega, exregistrador y ahora codirector del Partido de La U.

Por el contrario, no caló en la Corte esta semana. La Sala Plena apartó a Carvajal de la discusión de la reforma pensional, resolviendo en su contra una recusación que expuso que antes de llegar a la Corte fue un acérrimo defensor de la norma.

«El magistrado recusado emitió, de manera reiterada y previa a su

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