México atraviesa una etapa donde la polarización dejó de ser efecto colateral para convertirse en industria . La furia no es accidente: es insumo. El enojo no es reacción: es estrategia. La confrontación no es falla: es modelo de negocio . Plataformas, operadores, consultoras y voces digitales encontraron en el conflicto su fuente de ingresos . Cada ataque mueve métricas . Cada choque genera audiencia. Cada disputa se convierte en capital. El país vive en un ecosistema donde el ruido domina, la verdad retrocede y la conversación pública se deforma para alimentar un mercado que solo crece en la medida en que el conflicto lo haga.

Primero . La conversación nacional dejó de organizarse alrededor de hechos para hacerlo alrededor de impulsos . Lo que indigna corre más

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