Caracas.- Venezuela ha sido clara desde el principio: el combustible que aceita la pesada maquinaria del asedio militar y agresiones de EE.UU. en el Caribe es la apropiación de sus "inmensas riquezas y recursos naturales" a través de un "cambio de Gobierno".

La nación bolivariana, con una ubicación geográfica privilegiada como puerta de entrada a Suramérica, desde septiembre pasado ha sido uno de los principales objetivos de Washington, que acusa al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de supuestamente liderar una organización de tráfico de drogas que ha sido declarada como terrorista, sin esbozar prueba alguna.

Este señalamiento ha sido acompañado por un millonario despliegue militar en el Caribe Sur con la anuencia de algunos países de la región hostiles a Venezuela, como Trinidad

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