Sacarse el carné de conducir marca un punto de inflexión en la vida de muchos jóvenes: simboliza independencia, nuevas posibilidades y la asunción de responsabilidades que antes no formaban parte del día a día. Sin embargo, la conducción no es solo libertad; también exige capacidad de anticipación, rapidez en la toma de decisiones y atención constante al entorno.

Por ello, no sorprende que el primer año al volante sea, para muchos, un periodo de dudas e inseguridades. La sensación de “¿lo estaré haciendo bien?” es frecuente entre los conductores noveles, y los datos lo respaldan. Según la DGT , los jóvenes de entre 18 y 24 años constituyen el grupo con mayor riesgo de sufrir un accidente de tráfico . En esta franja de edad, la falta de experiencia pesa de manera significativa, algo

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