Tomar la decisión correcta depende de tres factores: el estado físico de la propiedad, la situación del mercado local y tus objetivos financieros. A continuación, te explico cómo analizar cada uno y evitar errores costosos.

1. Evalúa el estado real de tu propiedad

El punto de partida es la condición estructural. Si hay problemas visibles —techos, plomería, aire acondicionado o pintura deteriorada— será difícil atraer compradores al precio deseado. Sin embargo, no todas las remodelaciones son rentables. Prioriza las que generan mayor retorno: cocina, baños, pintura interior y paisajismo.

Ejemplo: actualizar una cocina antigua puede incrementar el valor de reventa entre 10% y 15%, mientras que una renovación completa de piscina rara vez recupera la inversión total.

2. Analiza el merca

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