El colista de la Euroliga se erigió como un hueso bien duro de roer y amenazó con amargar el regreso de Xavi Pascual al Palau, pero el Barça acertó a mantener la cabeza fría, a seguir el plan trazado, y acabó imponiendo su ley, sumado el segundo triunfo en tres envites desde el relevo en el banquillo. Una victoria importante para no perder comba con los puestos de playoff, que amenazan con estar más caros que nunca.
Ni siquiera el cebo del regreso del de Gavá actuó como imán para que el público acudiera en masa a dar su bendición por el cambio en el banquillo. La visita del colista no impregnó precisamente de ilusión a las gradas del Palau, que presentaron una entrada más bien discreta con 5.418 espectadores. Eso sí, los que acudieron ovacionaron al técnico en cuanto pisó el parquet, de

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