La muerte de , ocurrida el 9 de diciembre de 2012, sigue siendo uno de los episodios más dolorosos en la memoria colectiva del mundo del espectáculo. Aquella madrugada, la aeronave en la que viajaba la artista se desplomó en el estado de Nuevo León poco después de presentarse en Monterrey, truncando su vida personal y profesional.

Aunque las investigaciones apuntaron a fallas técnicas en el avión, la influencia de Rivera no se extinguió con el accidente : su legado artístico, su historia de resiliencia y su voz permanecen como referentes indiscutibles dentro del regional mexicano. Más de una década después de su partida, Jenni Rivera continúa demostrando que su presencia trasciende el tiempo: su música y su historia siguen hablando por ella. Su legado, lejos de apagarse, parece en

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