Las generaciones no son simples etiquetas demo gráficas; son marcos de experiencia compartida que toman forma de las sensibilidades sociales, de la vida pública y de la manera colectiva en que entendemos el país. Luis González y González, en su obra “La ronda de las generaciones”, explica que cada grupo etario produce lo que él denomina minorías rectoras, núcleos de personas con liderazgo, capacidad de influencia y talento organizativo que orientan el rumbo cultural, social y político de su tiempo. Su planteamiento es claro, la historia avanza porque dentro de cada generación emerge una minoría que se encumbra, marca la pauta y redefine lo que la sociedad considera posible. En México, esta sucesión —una generación que toma, cuestiona y transforma lo heredado— adquiere rasgos particulares p

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