En Fangchenggang, donde las ventanillas de control y los camiones de carga dibujan la rutina de una frontera con Vietnam, se prepara un experimento que no tendrá lugar entre prototipos de laboratorio, sino entre viajeros, agentes y trabajadores logísticos. China ha elegido este lugar para poner a prueba humanoides en situaciones reales, con entregas previstas a partir de diciembre y funciones muy concretas: orientar movimientos de personas, apoyar tareas logísticas, participar en ciertos servicios comerciales y realizar inspecciones tanto en puestos fronterizos como en instalaciones industriales.

Un contrato ambicioso. El acuerdo firmado entre UBTech y un centro especializado en robótica de esta ciudad fronteriza asciende a 264 millones de yuanes, unos 34 millones de euros, y establece el

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