Cualquiera puede ver, si no le ciega el sectarismo, que la condena de Álvaro García Ortíz es radicalmente injusta, mas para concluir que ha sido cosa de “lawfare”, del “quien pueda hacer, que haga” aznariano. O de la conocida ojeriza de un amplio sector de la magistratura hacia el ya ex fiscal
El fallo del fallo
La Region2 hrs ago
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