A Carles I de su Reino Catalán de ocho segundos y V de Waterloo le ha salido un problema, tal vez el definitivo. Subió al monte con una lanza y la antorcha, para luego escapar pávido, con las manos libres para coger más velocidad. Se erigió como guardián de las esencias, a pesar del olor a maletero. Se lo tragaron, claro. Sin embargo, creerse líder en espíritu puede funcionar en un inicio para mentes tan ultrajadas por la fantasía, pero siempre habrá alguien más allá, que se suba más arriba, aproveche lo sembrado y la actualidad para dejarte como un botifler más de una causa quimérica. Todo favorece a Silvia Orriols, la Senyora que va al Parlament como el azota mentes, con un papelito ardiente, un catalán para que se jodan y el cinturón de hebilla. Además, once años después de la confesión
'Procés'
La Nueva Crónica22 hrs ago72


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