El testamento de todo entrenador suele incluir frases vacías: “Hay que seguir trabajando, estamos en la buena dirección, me veo capacitado para sacar adelante al equipo”. Juraría que las hemos escuchado estos días en boca de Xabi Alonso y Hansi Flick y es una pena porque con tópicos semejantes cuesta saber si desconocen las causas de sus males o bien las conocen con tal precisión que prefieren callar y aferrarse al “hay que seguir trabajando”.
Entrenar al Real Madrid o el FC Barcelona es vivir bajo la servidumbre del resultado. Meter en el mismo saco a Xabi Alonso y Hansi Flick sería absurdo: aquel entrena sin crédito –pese a que la plantilla del Real Madrid está lejos de ser caviar– y el alemán lo tiene, aunque perdiese puntos en Londres, a menos que todos los palos se los lleve Araú

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