La historia de Diego Armando Maradona puede narrarse a través de sus gambetas, de sus goles, de sus viajes, de sus escándalos, de sus resurrecciones. Pero también —y quizás de manera más íntima— puede contarse a través de los lugares donde vivió. Cada casa guarda un pasaje de su vida, un sueño cumplido, un dolor al descubierto. Cada puerta, cada ventana, cada esquina tiene una foto posible, un testimonio escondido, un recuerdo que hoy puede sostenerse en imágenes.
En Esquina, en el sur de la provincia de Corrientes, se conocieron Don Diego “Chitoro” Maradona y Dalma Salvadora Franco, “Doña Tota”. Desde esa tierra ribereña comenzaría una historia que más tarde marcaría al deporte y a la cultura popular del siglo XX. En 1955, el matrimonio migró hacia territorio bonaerense en búsqueda de o

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