David Martínez , principal accionista individual de Banco Sabadell , ha presentado su renuncia como consejero después de doce años en el máximo órgano de gobierno de la entidad. El inversor mexicano, figura clave en la etapa de estabilización del banco tras la crisis financiera, comunicó su decisión a través de una carta remitida al consejo.

En la misiva, Martínez agradece expresamente la labor del presidente, Josep Oliu, así como el trabajo desarrollado por los distintos equipos del Sabadell durante su mandato. Su salida pone fin a una etapa marcada por su apoyo estratégico en los momentos más delicados del banco y abre ahora un nuevo capítulo en la composición del órgano de administración.

En la misma carta, Martínez subraya que durante su mandato ha presenciado «una transformación del banco» y expresa su «profundo agradecimiento por el éxito rotundo que tanto el presidente como los competentes equipos que han trabajado para el banco han conseguido». Un tono conciliador que contrasta con las fricciones acumuladas en los últimos meses a raíz de la opa lanzada por BBVA sobre Sabadell, en la que el inversor decidió desmarcarse del resto del consejo.

Doce años en el consejo

La continuidad de Martínez en el órgano de gobierno del Sabadell llevaba semanas en entredicho después de que el inversor se alineara públicamente con BBVA en la operación de compra. El magnate posee un 3,86% del capital del banco y había anticipado su intención de acudir al canje propuesto por la entidad presidida por Carlos Torres, en contra de la postura unánime del resto del consejo. La cúpula del Sabadell defendió desde el inicio que la opa infravaloraba a la entidad y trató de desactivar la oferta con una estrategia de resistencia coordinada.

El distanciamiento quedó plasmado el pasado 12 de septiembre, cuando Martínez se descolgó del informe elaborado por el consejo reclamando a BBVA que mejorase el precio para que la operación pudiera prosperar. Su posición se convirtió en un elemento determinante cuando, el 30 de septiembre, anunció que acudiría al canje después de que BBVA elevase un 10% su propuesta y reformulase la oferta íntegramente en acciones, eliminando cualquier componente en efectivo.

Un choque público con Sabadell

La decisión de Martínez fue inmediatamente utilizada por BBVA para tratar de impulsar la aceptación de la opa, convertida desde entonces en un conflicto estratégico entre ambos bancos. Su movimiento provocó una escalada de tensiones con la cúpula del Sabadell, que veía en la postura del magnate una ruptura del cierre de filas interno que había mantenido el consejo desde el inicio de la operación.

El choque se tradujo en reproches cruzados durante varias semanas, en paralelo al aumento de la presión pública sobre la viabilidad del canje. Aunque posteriormente ambas partes intentaron reconducir la relación y rebajar la tensión, la fractura resultó difícil de suturar y abrió la puerta a un final anticipado para la presencia del inversor en el consejo.

Con su renuncia formalizada, se cierra una etapa marcada por su influencia accionarial y por su papel durante los últimos compases de la opa. El Sabadell afronta ahora la reconfiguración de su consejo en un momento clave para su estrategia de independencia, mientras continúa la batalla corporativa con BBVA en un entorno de máxima visibilidad pública y regulatoria.