La pandemia cambió la historia. No solo sacudió el orden mundial, sino que rediseñó el mapa de salud y nos dejó varias interrogantes que aún los científicos se esfuerzan por dilucidar.

Para millones de personas, el COVID-19 no terminó cuando la prueba finalmente marcó negativo. Después de vencer la enfermedad, vemos síntomas como la falta de aire, la tos seca y la imposibilidad de recuperar la resistencia física de antes.

Y es que la pandemia dejó una realidad inesperada: pacientes que parecen haberse recuperado, pero cuya función pulmonar continúa alterada.

Entidades como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la Organización Mundial de la Salud ( OMS ) y los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU (NIH por sus siglas en inglés) coinciden en que el llama

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