Este año estamos viviendo un rápido aumento de los casos de gripe que supone un adelanto de entre tres y cuatro semanas en las cifras de contagios con respecto a temporadas anteriores. Durante la semana 46/2025 (del 10 de noviembre al 16 de noviembre de 2025), la tasa de síndrome gripal se situó en 40,1 casos/100.000 h, lo que supone un aumento del 129,14% en tan solo tres semanas .

«La responsable de este rápido aumento de los casos es una nueva cepa de gripe , la subclade K del virus A(H3N2) , que presenta siete mutaciones en la hemaglutinina, lo que le permite esquivar parcialmente la inmunidad previa mediada por anticuerpos y aumentar su capacidad de transmisión» , explica Estanislao Nistal, doctor en Virología, investigador y profesor de Microbiología en la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo.

«Esta situación es común a la mayoría de los países del hemisferio norte. Japón ya declaró la epidemia en octubre y países como Reino Unido y Canadá han reportado incrementos significativos en el número de casos. En España también podríamos enfrentarnos a una temporada gripal más intensa que en años anteriores, especialmente si la cobertura vacunal se mantiene baja . En cuanto al pico epidémico, se espera antes de lo habitual, probablemente entre mediados de diciembre y principios de enero», afirma el experto.

Riesgo de colapso del sistema sanitario

Tal y como apunta Estanislao Nistal, «un número de infecciones superior al habitual supondría un aumento de la presión asistencial en nuestros centros sanitarios», e insiste en que «el subclade K puede asociarse a un mayor número de hospitalizaciones en personas vulnerables , por lo que es importante que a nivel social tomemos algunas precauciones para evitar que la situación se descontrole».

«Además de la vacunación y las medidas higiénicas tradicionales , es importante intentar evitar que se produzca esa saturación de los servicios sanitarios, por ejemplo, haciendo un uso responsable de los servicios de urgencia s o tratando los casos más leves en casa», explica.

Sobre este tema, Joaquín López, farmacéutico, recuerda que «ante la aparición de síntomas compatibles con gripe o algún otro virus respiratorio, las farmacias pueden actuar como primer punto de contacto con los pacientes para asesorarles y resolver dudas sobre su tratamiento, especialmente en momentos de colapso de los centros médicos».

Tratamiento temprano con antigripales

«Además de los típicos síntomas gripales, como dolores musculares, fatiga, congestión nasal y tos, uno de los síntomas más habituales de esta variante es la mayor probabilidad de tener fiebre alta , aunque el tratamiento puede ser el mismo que para cualquier tipo de gripe», explica Nistal.

En ese sentido, Joaquín López recomienda « aliviar los síntomas de manera conjunta y desde su aparición para evitar complicaciones . En las farmacias existen medicamentos antigripales sin receta que ofrecen un abordaje completo de los diferentes síntomas, gracias a diferentes combinaciones entre diversos principios activos, como:

Paracetamol: actúa frente al dolor y la fiebre
Dextrometorfano: calma la tos seca
Pseudoefedrina:  para la congestión nasal
Cafeína: combate el decaimiento
Clorfenamina: para la secreción nasal y los estornudos
Vitamina C: ayuda a la reparación de los tejidos.

Los virus respiratorios se transmiten a través de las gotículas que una persona infectada libera al toser o estornudar y que son inhaladas por otras personas. Por eso, «tratar nuestros síntomas también puede reducir la transmisión del virus y el efecto en cadena de las infecciones que pueden afectar a otras personas más vulnerables», añade Nistal.

Una variante que puede escapar a las vacunas

Otra peculiaridad de esta nueva variante de la gripe es que es más resistente a la vacuna que el resto de las cepas , ya que «la vacuna antigripal 2025-2026 se diseñó antes de que el subclade K comenzara a imponerse sobre otros H3N2, lo que ha generado cierto desajuste antigénico que implica una menor protección frente a la infección» explica Nistal.

A pesar de esta menor eficacia, es importante resaltar que, aunque la eficacia para prevenir contagios se pueda ver reducida, la eficacia de las vacunas para evitar enfermedad grave y hospitalizaciones sigue siendo alta . «Por eso, vacunarse sigue siendo muy importante y recomendable, incluso aunque la protección frente al contagio no sea completa. Además, hay que tener en cuenta que vacunarnos no solo nos protege a nosotros mismos, sino también a las personas que nos rodean, que pueden ser más vulnerables al virus», recuerda.

En cualquier caso, ante la aparición de síntomas compatibles con alguna infección respiratoria , es recomendable consultar con un profesional sanitario para que pueda valorar la situación.