Por MARLON GONZÁLEZ y CHRISTOPHER SHERMAN

TEGUCIGALPA, Honduras (AP) — Amanda Durón García se mantiene ella y a su madre de 74 años con los aproximadamente 7 dólares que gana al día vendiendo refrescos, patatas fritas y chicles en el campus de la universidad nacional de Honduras.

Sus cuatro hijos adultos ya están casados y ya no viven en casa, pero cada día es una lucha para Durón, de 57 años, y tiene poca fe en que el ganador de las elecciones presidenciales del domingo genere cambios tangibles en su vida.

Las tasas de homicidios y desempleo han mejorado en los últimos cuatro años durante el gobierno de la presidenta saliente Xiomara Castro —incluso el Fondo Monetario Internacional aplaudió la responsabilidad fiscal de su administración— pero si los votantes recompensarán a la sucesora

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