La ansiedad canina no es un fenómeno aislado ni excepcional. Igual que ocurre con las personas, algunos perros tienen una predisposición mayor a desarrollar estrés o nerviosismo que otros. Ciertas razas, como los border collie, suelen mostrar una sensibilidad más alta al entorno y a la falta de estimulación o estructura. Sin embargo, incluso en razas generalmente tranquilas, la convivencia humana puede intensificar la ansiedad sin que nos demos cuenta.

Aunque parte del temperamento pueda venir de la genética, la razón no siempre es biológica ni está ligada a un “carácter difícil”. En el día a día, los humanos realizamos acciones que, sin pretenderlo, aumentan su nivel de estrés. Los perros , independientemente de su raza, dependen de la predictibilidad, del entorno y de la forma en

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