La Iglesia católica mexicana cierra este 2025 de forma intensa y se espera que el 2026 no sea menos que trepidante. Después de su Asamblea Plenaria de otoño, los obispos han intensificado su posicionamiento profético para “construir la Esperanza de México” en medio de evidentes dificultades y también han hecho duros cuestionamientos al poder político.

Desde la jerarquía se ha manifestado abiertamente la desconfianza episcopal ante los “discursos públicos” y también se afirma que se entrará en diálogo con todo aquel que “verdaderamente ame a México” independientemente de su filiación partidista, su identidad ideológica o su elección espiritual.

Sin mencionar a qué instancias o qué actores sociales se refieren en ambos casos, el manifiesto de los obispos en el fondo rechaza los ejes discur

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