Alias Ramón convivió durante más de un año con Sebastián Camilo , quien era su mejor amigo. Juntos iniciaron una red de fabricación y venta de drogas sintéticas en la localidad de San Cristóbal , obteniendo ganancias significativas. Sin embargo, la ambición los llevó a separarse: dejaron de ser socios para convertirse en rivales dentro del mercado de estupefacientes de la zona.

“Alias Ramón empezó a amenazar por redes sociales al hoy occiso. Le decía que dejara de vender porque lo mataría, que ya sabía dónde estaba viviendo y que la única opción que tenía era retomar el negocio juntos”, relató el investigador del caso.

La noche del crimen, cuando Sebastián Camilo llegaba a su hogar — y pidió que le lanzaran las llaves desde la terraza de su nueva vivienda — en cuestión de segundos,

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