¿Alguien vio -o, mejor dicho, alguien puedo no ver- la Noche de las Librerías? Por si acaso, lo cuento: la calle Corrientes, de Callao a Libertad, reventaba de gente. Andaban de librería en librería y se paraban a escuchar a escritores que hablaban desde escenarios ubicados en esas cuadras. Se chocaban, se empujaban: no era pelea, sin embargo; era encuentro.

Cinco escenarios medianitos había sobre Corrientes y uno enorme atravesando al avenida a la altura de Cerrito. Todo el tiempo estuvieron llenos. Estaba fresco esa noche: la gente se quedó, escuchó, aplaudió.

Sí, un poco sorprende. No sorprende hablar de crisis, no sorprende hablar de odios, no sorprende preocuparse porque vivimos en las pantallas y en las redes, ojalá, como quería Charly, “comunicados con todo lo demás” pero más bi

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