Cuando bajan las temperaturas, mantener la casa caliente sin encender la calefacción puede parecer una misión imposible. Sin embargo, existe un “método gratuito” —más sencillo de lo que parece— basado en una serie de hábitos cotidianos capaces de conservar el calor sin recurrir a radiadores ni estufas. No es un truco milagroso, pero sí una estrategia eficaz que muchos hogares pasan por alto y que puede elevar la temperatura interior varios grados.
La idea principal es aprovechar al máximo el calor que ya existe en la vivienda y evitar que se escape. Una combinación de sentido común, física básica y pequeños gestos que, aplicados de forma simultánea, marcan una diferencia real durante las horas de más frío.
El electrodoméstico que le ayudará a mantener el calor
Para empezar, la luz s

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