La industria del calzado, motor de sobrevivencia para más de 450 mil familias en el país, ha peleado por cerrar múltiples puertas al contrabando: permisos especiales usados por traficantes para importaciones ilegales, programas sectoriales desventajosos, elusión fiscal, ingreso de productos a precios inferiores al costo y, ahora… aduanitas sin control.

“Logramos cerrar una puerta y los contrabandistas abren otras puertas, o el gobierno las deja entreabiertas con lagunas fiscales o legales. Los pares de zapatos que se evitan por un lado, entran por otro. No es suficiente poner candado en una puerta, se requiere una estrategia integral”, señala en entrevista con Crónica Juan Carlos Cashat Usabiaga, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (Ciceg).

Es la

See Full Page