El Partido Justicialista (PJ), presidido por Cristina Kirchner, expresó su enérgico rechazo a la reforma laboral en curso, señalando que el verdadero problema de la economía argentina no reside en las leyes de trabajo, sino en el colapso del poder adquisitivo y la contracción productiva.

"Los peronistas no nos oponemos a una reforma, nos oponemos a la precarización laboral disfrazada de reforma", advirtió la fuerza política en un comunicado. El PJ exigió la presencia de "un Estado que marque el rumbo y no legalice abusos", y demandó que el país no se convierta en "el laboratorio de precarización del FMI".

Origen de la reforma y destrucción de empleo

El PJ insistió en que la iniciativa oficial no nació en el país, sino que "nace en Washington, es parte del pliego de condiciones del FMI".

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