Por años, Prince construyó una mística inimitable a su alrededor: un aura que mezclaba genialidad musical, hábitos extravagantes y una vida privada casi impermeable al escrutinio público.
Nuevos testimonios permiten reconstruir algunos de los comportamientos más pintorescos del artista durante su vida nocturna en Los Ángeles a inicios de los años 2000, así como anécdotas que revelan su carácter fuera del escenario.
Un huésped imposible de ignorar
Según recordó Jason Pomeranc (cofundador de Thompson Hotels Group ) en una entrevista para Vanity Fair , Prince solía alojarse en el penthouse del hotel The Hollywood Roosevelt, uno de sus refugios predilectos en la ciudad. Pero su estadía nunca pasaba desapercibida.
Para empezar, el equipo debía redecorar la suite a su medida: alfombra

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