Un reciente estudio de Universidad de Columbia, basado en un seguimiento de casi 20 años a cerca de 12.000 adultos en Bangladesh, encontró que disminuir la exposición al arsénico en el agua potable reduce a la mitad el riesgo de muerte prematura por cáncer, enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas.

Este hallazgo es contundente — sugiere que mejorar la calidad del agua podría prevenir muchos casos de enfermedades graves o muertes prematuras, incluso en personas que estuvieron expuestas durante largos períodos.

👇 Implicación clave: llevar agua limpia y libre de contaminantes a comunidades vulnerables puede salvar vidas. En regiones como Latinoamérica podría servir de base para políticas públicas de salud ambiental.

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