Lo que parecía una tarde cualquiera dio un giro inesperado para la familia de Nicolás. Antes de salir de casa, el joven pronunció una frase que quedó suspendida en el tiempo: “No me demoro, ya regreso” . Horas después, ingresó de urgencia al HIC , en Piedecuesta, con una herida grave que lo dejó en estado crítico.

“Yo seguí aferrada a Dios”: el testimonio de su madre

Andreina Blanco Bautista, su madre, revivió aquellos momentos con una mezcla de dolor y fe. Desde el primer instante, los médicos advirtieron sobre la gravedad del estado de Nicolás, pero ella se aferró con fuerza a la esperanza.

“Yo seguí aferrada a Dios, seguí orando. Yo decía que mi hijo se iba a levantar”, relató en una entrevista con el Hospital Internacional de Colombia.

Sin embargo, un día después del ingreso, l

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