En medio de un clima cada vez más tenso, la frontera sur volvió a encender las alarmas con el arribo de cerca de cincuenta militares al complejo Santa Rosa, un despliegue que marca el inicio de la respuesta del Gobierno ante el estado de emergencia declarado por el aumento de migrantes indocumentados que intentan ingresar desde Chile.

La presencia militar no solo pretende reforzar el control territorial, sino también poner orden en un escenario cargado de incertidumbre y un evidente drama humanitario. En plena efervescencia por la crisis migratoria, el ministro del Interior, Vicente Tiburcio, y el gobernador regional de Tacna, Luis Torres Robledo , encabezaron una serie de reuniones en la propia zona de frontera.

Tanto la Policía Nacional como las Fuerzas Armadas ya operan de m

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